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Mostrando las entradas de septiembre, 2009

una vez a la semana es domingo en la mañana

Probablemente, maldita hoja en blanco, vuelvas a ganarme y termine por no decir nada, pero quiero contarte, como esas cosas que nunca sabes por qué hiciste, que es temprano. Debes saber, vieja como eres, que huele a café y a sol de domingo y  por el pulso de mi mano al escribir, que desperté pesada, cargada de mi, y - ¿por qué no decirlo?- Se me antoja un beso de los que desvelan fantasmas, un buen beso de labios carnosos y risa transparente, un besito natural como un estornudo... La idea era empezar este post diciendo que, después de todo,  tiene bonitos ojos y la voz se queda en la cabeza como un trueno, pero entonces me acordé de la lengua que me daba miedo, que haberla comparado más de una vez con un escalpelo no era accidental, que me recordaba a una amenaza adolescente, a las ganas de cortarse de un tajo, a tragarse una caja de lorazepam  y una botella de vodka… ¡que risa! Quien lo lea puede pensar que en conjunto, se parece más a algo bello que a la palabra “morbo”, suena peo