lo más puro de la mala suerte se acumula
en ciento treinta y siete pasos
contados
desde el filo de la puerta hasta la punta de la tarde.

Camino,
cuatrocientas mariposas en las manos
derramando angustias a lo largo de la calle,
con el Sol de espaldas, para ver la sombra
tiemblan

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