Soñé contigo otra vez, con esos ojos de cielo y de tierra de labriego, con esa voz de pan, de sal. Caí de rodillas ante tu rostro que siempre ha sido, Dios me perdone, mi único templo; justo despues de darte un buen golpe en el vientre y escupirte mi odio en la cara.
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Mostrando las entradas de 2010
Balada para un loco (canción ilustrada)
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... Y una sed de ilusiones infinita.
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I A J. Enrique Rodó. Yo soy aquel que ayer no más decía el verso azul y la canción profana, en cuya noche un ruiseñor había que era alondra de luz por la mañana. El dueño fui de mi jardín de sueño, lleno de rosas y de cisnes vagos; el dueño de las tórtolas, el dueño de góndolas y liras en los lagos; y muy siglo diez y ocho y muy antiguo y muy moderno; audaz, cosmopolita; con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo, y una sed de ilusiones infinita. Yo supe de dolor desde mi infancia, mi juventud.... ¿fue juventud la mía? Sus rosas aún me dejan su fragancia... una fragancia de melancolía... Potro sin freno se lanzó mi instinto, mi juventud montó potro sin freno; iba embriagada y con puñal al cinto; si no cayó, fue porque Dios es bueno. En mi jardín se vio una estatua bella; se juzgó mármol y era carne viva; una alma joven habitaba en ella, sentimental, sensible, sensitiva. Y tímida ante el mun
te habia contado lo que hacen los cuervos cuando les das de comer?
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Amor Adjunto
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A el sueño de ella. Las palabras son cadenas y sonidos, Un tintinear de llaves a lo lejos En la tarde solitaria de tu departamento Las palabras son un eco negro En los pisos del crepúsculo; La risa horrible del vecino cuando todo está en calma. Los automóviles de las grandes avenidas -Insurgentes y Reforma- Tienen un rumor general de lluvia en pleno y seco octubre Los sonidos se transforman elevándose hasta el cielo, Escuchamos sus colas de cometa Su grave efecto Doppler de aguacero y altura que dentella ¿Debemos construir con estas cadenas, Con esta gravedad rumorosa y sin estruendo? -La soledad tiene un sonido silencioso que intento describir Hilar ecos, arrojar la música Como una carta buena en posición correcta Que revela el futuro de un verso favorable Describir un sueño mudo, Apenas risas de cristales Con la luz cambiante y verde De un día de primavera que sucede a medianoche. 2 El aire es lívido del color del bronce Y el enorme perro de la
EL DERECHO AL DELIRIO
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Ya está naciendo el nuevo milenio. No da para tomarse el asunto demasiado en serio: al fin y al cabo, el año 2001 de los cristianos es el año 1379 de los musulmanes, el 5114 de los mayas y el 5762 de los judíos. El nuevo milenio nace un primero de enero por obra y gracia de un capricho de los senadores del imperio romano, que un buen día decidieron romper la tradición que mandaba celebrar el año nuevo en el comienzo de la primavera. Y la cuenta delos años de la era cristiana proviene de otro capricho: un buen día, el papa de Roma decidióponer fecha al nacimiento de Jesús, aunque nadie sabe cuando nació. El tiempo se burla de los límites que le inventamos para creernos el cuento de que él nos obedece; pero el mundo entero celebra y teme esta frontera. Una invitación al vuelo Milenio va, milenio viene, la ocasión es propicia para que los oradores de inflamada verba peroren sobre el destino de la humanidad, y para que los voceros de la ira de Dios anuncien el fin del mundo y la reven
confesión
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Querida Margarita: Te había contado antes de Mefistófeles, creo que te hablé de que vive en X, que antes era poesía en las rocas, pero ahora le ha dado por ser narrativa fina (risas). Ya sé que no es plan gastarme la tinta en descripciones, así que ya mismo cambio de párrafo. La serie de acontecimientos que sucedieron para que llegara a este punto, serian para cualquiera que se precie de ser sensato suficientes para correr y llamar a un especialista, para cerrar la puerta en la nariz y no volver a abrirla nunca. Por muchos años ese personaje ha estado en mi vida, intermitentemente, que es la única forma de permanencia cuando se es tan inconstante como yo; nunca había ocurrido nada digno de mención, pero de pronto vino a mí la primavera pasada y se presentó en mi puerta con careto de demonio en ruinas, profundamente cansado y al borde de la vida. No sentí piedad, su estado me despertó algo más parecido a la empatía fraterna y lo curé, con ese toque de sal que solo yo tengo, lo c