El hombre, que es puente, se ha vuelto obsoleto. Ha inventado la felicidad y le ha dado un valor agregado. Respira con pulmones necios un aire anacrónico, su vida es un cuento corto, un manuscrito pueril e insolente. El futuro es obceno como el arte, no hay otredada que valga, ni angusta que sea bastante para dejar de ver con indiferencia mientras se frotan como perros en las piernas de la civilizacion. Las uñas crecen, insoportables y los gusanos del vacío nublan la vista. Estoy ciego. Ya no soy Dios, pero las viejas costumbres son dificiles de dejar Ya no soy Dios, la saliva pasa Ya no soy Dios, las arañas ya no mueren al tercer día A la mitad de un suicidio, es de sabios arrepentirse... Las manos abiertas ¡VOY!
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